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¿Quién es Axis Mundi?

¿Quién es Axis Mundi?

¿Quién es Axis Mundi? ¿Quién es la persona que se desenvuelve tras este seudónimo artístico? ¿Cuáles son, desde el punto de vista del observador cercano, las motivaciones y  principios que mueven a este autor?

Estas cuestiones, entre algunas otras, serían la concatenación natural de incógnitas elementales que cualquiera desearía despejar al encontrarse ante la coyuntura de describir al personaje. Ahondando en esta circunstancia, el realizar una valoración personal de alguien a quien se conoce, en mayor o menor medida, siempre entraña una cierta dosis de subjetividad, lo cual amplia el grado de complejidad a la hora de ponderar aquellos aspectos más reseñables.

Axis Mundi. El eje del mundo. Una locución latina tras la que se esconde un concepto nada mundano, designación de la que el protagonista sería sin duda el más ampliamente indicado para versar y explicar personalmente sobre su origen y  justificación, como habitualmente le sucede.

El perfil humano de Axis Mundi, apreciado desde quien reconoce que tan solo percibe parcialmente algunas de sus facetas, pues nadie tiene abiertas todas las puertas de alma ajena, se caracterizaría como la de un joven discreto, de trato afable y cordial, correcto en las formas, pero ya intimando, abierto al tono jocoso, especialmente cuando la afinidad ideológica con el interlocutor transgrede cualquier barrera, y por supuesto, no exento de su cierta dosis de picardía.

Es indudable que su implicación en el activismo político condiciona su faceta artística, acompañando la música al ideal, en irremediable simbiosis, con unas arraigadas convicciones, en un medio especialmente hostil y poco predispuesto hacia ciertas posiciones, que sólo brotan al amparo del refugio proporcionado por las vivencias particulares y las reflexiones más íntimas. Quizá esa misma sensibilidad y afecto que surge espontáneamente en algún momento precoz de las vidas de todos aquellos que amamos profundamente a España.

Se vislumbra en sus creencias personales, como luego se refleja en sus trabajos y actitudes, un sentimiento de respeto y reivindicación de la Tradición, que en las tierras vascongadas representó secularmente una característica ancestral en su personalidad, muy ligada a la conservación de las raíces, que al menos hoy pervive en una parte de la sociedad, aún no impregnada de la degradación impuesta por el terror y la tergiversación del separatismo demencial y traidor. Derivado de ese mismo aspecto, apegado a la tierra vernácula, antaño aval de hidalguías y credencial de raigambre en la fe, procedería el afán por su parte en una reivindicación particular de la historia auténtica y escondida, del sentimiento de españolidad que tendría una remota expresión en la afición de Axis Mundi por la vieja  y embrionaria Castilla primigenia, el origen de su lengua y su romancero medieval. Es la visión idealizada de aquella arriesgada tierra de frontera, más allá de la Vardulia y la Autrigonia, poblada con hombres libres, asentados en “villas nuevas”, de monasterios con las primeras glosas de un titubeante nuevo idioma en ciernes, de los antiguos “castella” romanos, de sus jueces de Castilla, sus peculiares huestes de caballería villana...  Hay quien por esto así le bautizó de “trovador”.

Otro aspecto que sin duda contribuye a reforzar la solidez de sus principios, es la memoria seducida por el recuerdo de un héroe de guerra de otra época, combatiente en los parajes próximos y en paisajes lejanos, un antepasado familiar con el que se intuye un vínculo  y compromiso personal, una secreta vocación irredentista por su rehabilitación algún día.

Festonea su perfil propio con un importante componente de fidelidad y unas convicciones religiosas interiorizadas, que por de pronto no se aprecian tan a primera vista en la superficie. Fidelidad que encarna el vestigio metafórico de aquellas chapelas leales que acompañaban a su pretendiente al exilio, con ese romanticismo de ciertas causas desafortunadas, como en los páramos escoceses de Culloden o los prados de la Vendee. O las resonancias litúrgicas de quien siguiendo la otrora vieja costumbre, encomienda su instrumento acompañante ante la imagen venerada de la localidad natal, en privado ritual de reafirmación solemne.

Más no debe deducirse, a pesar de esto, una particular identificación con una determinada época o movimiento, sino la apelación al supremo vínculo fraternal fraguado por los acontecimientos y gentes de las tierras españolas, pasadas y presentes.

Axis Mundi presenta una discografía incipiente, fruto de unos comienzos, como es habitual, restringidos a las audiencias de círculos más próximos, las primeras grabaciones domésticas y las iniciales producciones elementales más o menos rudimentarias. Echando la vista no tan atrás, aunque a algunos nos parezca ya mucho tiempo, habiendo compartido andanzas personales y activismo, sí se advierte sin embargo la evolución en los temas tratados, desde las posiciones más combativas y explícitas de las primeras composiciones, hacia una ampliación de la faceta lírica, cultivando nuevos aspectos donde se han relegado unos temas para incorporar otros, todo ello envuelto en las notas de tonadas tanto de origen propio como extraídas de la influencia de diversos autores,  o simplemente melodías populares y de corte tradicional fácilmente reconocibles.

Desde el punto de vista musical, se aprecia, como es lógico, un progresivo perfeccionamiento  y complejidad en sus trabajos, a lo que no es ajeno la mayor disponibilidad de medios técnicos en grabaciones y arreglos, con temas moteados con las incorporaciones de colaboraciones y acompañamientos de nuevos instrumentos, que redunda en melodías a su vez más elaboradas.

En sus composiciones rezuma la rebeldía inconformista frente a la losa lapidaria del adoctrinamiento oficial y oficioso. Para el oyente no implicado y lego, es música de cantautor, de voz acompañada por el compás de su guitarra, que puede atisbar las claves del mensaje entre líneas. Otros, los más afines, perciben mensajes de reivindicación, homenaje, tradición, denuncia, romanticismo, memoria... y, como no, con  frecuencia incluyendo un retal explícito de corrosivo humor actual, en la cara más divertida de este moderno juglar goliardo, que algún que otro rato de gozo y regocijo nos ha proporcionado a más de uno.

Siempre dispuesto a interpretar una actuación o a amenizar un encuentro de amigos, como cualquier bardo regocijado de disponer de audiencia. Y sin duda disfruta haciéndolo.

Texto extraido de su web

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